Wednesday, October 12, 2005

Los fantasmas

El masoquismo a flor de piel, las cortinas cerradas y la luz baja. Cierro los ojos y resbalan las primeras lágrimas; ya casi llegan.
Yo los llamé, necesito sentir el dolor de no haberlos tenido cuando yo quería, necesito el vacío de un sueño absurdo que nunca fue. Necesito tomar con mis manos esas promesas destruidas que se transforman en arena e inevitablemente abandonarán mis miembros...
Las fuerzas se van y caigo de bruces, beso las promesas rotas y sueño con ideales destruídos entre las ventanas rotas de un viejo edificio.
Mi edificio. Yo. La casa encantada.
¿Cuándo amanecerá?


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