Fríos

Tirada sobre esta tierra la siento gritar.
Sus entrañas quieren tragarse las mías para vivir un poco más...
No hay lluvia, río o mar que la consuele por no poder caminar,
Y llevarme con ella para evitar que me oscurezca y me aparte más...

Estaba ahí y no estaba
Su dolor y el mío torturaban
Ya ni siquiera una lágrima lo expresaba
sería necesario huir para encontrar palabras

Pero yo no pude, y ella tampoco
los vacíos se juntaron y compartiendo dolores nos hicimos compañía
dos miserables se saben consolar mutuamente si entienden el dolor del otro.

No hacen falta palabras
No hacen falta miradas
sólo el calor de dos fríos
pueden combatir el vacío.

Sequía

Entonces pasaron los días y las nubes no se asomaban por el valle desolado
Se habían olvidado el camino, las huellas se habían borrado y los caminos estaban desviados
Durante meses la tierra seca extrañaba el sutil toque del agua y de sus palabras llenas de microorganismos

Deberán los jefes de la tribu clamar a los olvidadizos dioses?
Acaso las nubes no se pueden azomar de nuevo a regalarnos su lluvia con tanto huracán cerca?

Solo el tiempo y los versos lo dirán

Luciernagas

En una noche de luciérnagas, en esas en que los burros duermen sobre el pasto,
Los alambres de púas secan angustias y risas, en las que Abril se acuerda de Mayo.
En una de esas, te asomaste desde la ventana de mi corazón para ver a las luciérnagas y a los burros, y me volviste a ver con una sonrisa y sorprendida como si yo no supiera que las luciérnagas danzan para tí y para mi.

En una noche en que la leña cruje de la felicidad de poderte dar de su calor,
en las que no se me ocurre otra cosa mas que quererte
en la que la música nace y la poesía duerme.

En una noche de esas en la que la noche se ilumina con la humildad de un insecto, que no sabe hacer otra cosa más que brillar

Olvido

Entre el amor y el odio
hay sólo una puerta:
quiero decir cortina,
velo, incluso.

Preocúpate amor,
motivo de mi odio,
cuando te olvide.
Entonces dejaré
de amarte.

Conoces ya
el tamaño de mi obsesión.
Aléjate de mi monstruo
que sólo yo puedo con él.

Quisiera amor
que no fueras odio,
ni siquiera amor,
más bien olvido.

Milagros

Y fue así como presencié un milagro
Tu sonrisa terminó matándome
Al tercer beso resucité
y de ahí en adelante me llevaste a este cielo
del que ahora no puedo creer que formo parte

Ventana o espejo?

Ayer quedé atrapada en un edificio. Afuera llovía y parecía que el cielo se había abierto para inundarlo todo. Como me aburría me fijé por la ventana, la distancia hacia esas gradas era en extremo peligrosa y por eso mi cerebro fabricó la imagen de mi propia cabeza deshecha sobre esa estructura de metal. No se notaban mucho los gruesos hilos de sangre que obedecían a la gravedad y se escurrían por cada peldaño, pero debajo de la estructura el contraste era chocante. Se trataba de la evidencia de vida materializada sobre el último suspiro del aposento absoluto.
Nadie vio nada, nadie preguntaba nada, nadie vio la firma sobre la tierra... para ellos solo era sangre, asquerosa, y, para ese momento, fría, que nadie querría encontrar...
No, ¿quién querría que le recordaran q algún día también ha de morir?
Es como dejar de llover... siempre habrán pastos que reverdezcan y personas que se ahoguen por culpa de la misma lluvia.

Lluvia

El agua siempre cae de diferentes maneras
Aveces se escapa por las praderas y se desliza por
entre las montañas hasta alcanzar a su amado mar
al que siempre abraza, pero quien siempre la deja ir
para que en algún momento vuelva.

También se abre paso entre tus ojos
ya que sabe que haz sentido lo que ella,
cuando tiene mucho tiempo de contemplar
a su amado desde el cielo.

Igual que cuando las nubes se cargan de ella
cuando tu te cargas de toda esa mierda que te despedaza el corazón
ella tiene que salir entre túneles desconsolados y viaja por entre tus pechos
para que al final del día, igual que tu, llegue a los brazos de su amado
que como siempre la dejara ir,
para que desde las nubes lo extrañe y se deje caer desconsolada.